Es inevitable contagiarse de las tradiciones americanas cuando una vive aquí, especialmente cuando tus hijos se crían aquí. ¿Cómo no celebrar Halloween? ¿Cómo no derretirse ante tanta monería disfrazada a tu alrededor? ¿Cómo no caer en la tentación de comprar todas esas decoraciones maravillosas?
Sin embargo, hay maneras de fungir ambas culturas e hispanizar el día de las brujas para que nuestros peques nunca pierdan conciencia de dónde vienen. Aquí tres fáciles pócimas mágicas para darle un toque hispano a tu Halloween.
1. Disfraces que hablan nuestro idioma- Una vez que llegan a cierta edad, tus niños suelen tener claro de qué quieren disfrazarse, así que hay que aprovechar cuando son bebés para ponerse creativas. Un disfraz precioso y muy simbólico para una niña hispana es el de Frida Kahlo. Aunque no seas de México, no importa. Friday simboliza a la mujer hispana fuerte y representa muchas cosas que nos pasamos tratando de inculcar a nuestras hijas: independencia, rebeldía, autenticidad, pasión. Los disfraces no tienen que ser de personajes históricos. Puedes vestir a tus hijos con el traje típico de tu país.
2. Decoración folklórica- De nuevo celebramos a México y a su cultura en esta sección. Y no es para menos. El cine y la presencia de nuestra gente en USA han puesto de moda al Día de todos los Santos (1 de noviembre) y al Día de los Muertos (2 de noviembre) y las tradiciones que celebran. El pan de muerto y el maquillaje de la Catrina son hoy en día la opción más retro-chic de estas fiestas. Lo sentimos por ustedes, calabazas.
3. Terroríficamente dulces- No hay fiesta de Halloween sin recogida de dulces a casa de los vecinos. Los niños llaman a la puerta y dicen las palabras mágicas: Trick or treat? Los adultos entregan todo tipo de dulces de conocidas marcas. Este año, se creativa y ve a una tienda o mercado hispano y reparte dulces que nos representan. ¿Quién quieres unos skittles cuando puede comer una paleta de mango o un pedazo de pan de muerto.
Este día es para que los niños disfruten y de alguna manera, los adultos regresemos a nuestra niñez, pero también es una opotunidad más para que nuestros hijos recuerden de dónde vienen.